Arbitraje

El arbitraje en Panamá es un método de resolución de conflictos ampliamente utilizado y reconocido en el país.

Tiene una larga historia y está respaldado por una legislación robusta y moderna.

El uso del arbitraje en Panamá se ha convertido en una opción preferida para resolver disputas comerciales debido a sus numerosas ventajas en comparación con los procedimientos judiciales tradicionales.

Legislación y regulaciones:

La ley panameña de arbitraje se encuentra principalmente en la Ley 131 de 31 de diciembre de 2013, conocida como la Ley de Arbitraje Comercial Internacional de Panamá. Esta ley está basada en la Ley Modelo de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (UNCITRAL) y cumple con los estándares internacionales.

Además, Panamá es signatario de la Convención de Nueva York sobre el Reconocimiento y Ejecución de las Sentencias Arbitrales Extranjeras. Esto significa que los laudos arbitrales emitidos en Panamá son reconocidos y ejecutables en más de 160 países que también son parte de esta convención.

Historia del arbitraje en Panamá:

El uso del arbitraje en Panamá tiene sus raíces en la época colonial, cuando se utilizaban árbitros para resolver disputas en el ámbito comercial. Durante muchos años, Panamá fue sede de importantes procesos de arbitraje internacional en sectores como la construcción, transporte marítimo y servicios financieros.

En 1999, se promulgó la Ley de Arbitraje de Panamá, que sentó las bases para el desarrollo del arbitraje en el país. Sin embargo, esta ley fue reemplazada por la Ley de Arbitraje Comercial Internacional de 2013, que modernizó el marco legal y fortaleció la posición de Panamá como un destino de arbitraje confiable.

Ventajas del arbitraje en Panamá:

  1. Confidencialidad: Los procedimientos arbitrales en Panamá son confidenciales, lo que permite a las partes mantener la privacidad de sus disputas y proteger su información comercial sensible.
  2. Flexibilidad: Las partes pueden adaptar el proceso arbitral a sus necesidades específicas, seleccionando a los árbitros y estableciendo las reglas y procedimientos que regirán el arbitraje.
  3. Experto en la materia: Las partes tienen la libertad de elegir a árbitros especializados en la materia de la disputa, lo que garantiza que el caso sea tratado por profesionales con conocimientos técnicos y experiencia en el área.
  4. Eficiencia: Los procedimientos arbitrales suelen ser más rápidos que los procesos judiciales, ya que se evitan las demoras asociadas con la sobrecarga de trabajo de los tribunales.
  5. Reconocimiento y ejecución internacionales: Los laudos arbitrales emitidos en Panamá son ampliamente reconocidos y ejecutables en numerosos países gracias a la adhesión de Panamá a la Convención de Nueva York.
  6. Menor carga procesal: El arbitraje permite a las partes evitar la burocracia judicial y la complejidad de los sistemas legales, lo que ahorra tiempo, esfuerzo y recursos.
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